Entendemos a la evaluación como parte de un proceso continuo que se configura y reconfigura en el marco de un espacio de construcción colectiva. Evaluación y calificación son instancias distintas dentro del proceso formativo, siendo la segunda una derivación de un correcto desempeño de la primera.

Partiendo de que los resultados de un trabajo no se conciben independientemente del proceso que les dio lugar, la evaluación será entonces permanente desde el primer día de clase teniendo en cuenta que las presentaciones de producciones finales serán el resultado de un proceso desarrollado adecuadamente a lo largo de todo el año de modo que la asistencia, la participación en clase, el compromiso con las actividades propuestas, la relación alumno-alumno y la lectura de la bibliografía, entre otros criterios, serán aspectos fundamentales a ser evaluados junto con la producción que constituye el mencionado resultado final.

Cabe aclarar que se evaluará sólo lo que ha sido enseñado. Los indicadores que serán tenidos en cuenta en este proceso se explicitarán al inicio del ciclo lectivo de manera clara y concreta y serán retomados constantemente durante el transcurso del mismo. De esta manera se evitará caer en un juicio de gusto necesariamente sesgado o en cualquier tipo de dogmatismo estético que condicione y limite la construcción de la subjetividad del/de la estudiante.

Partiendo de la certeza que el conocimiento es una construcción colectiva, más que un capital que una/s persona/s detenta/n y transfiere/n a otra/s es que se concibe a la evaluación como un proceso abierto y colectivo que se presenta como una instancia más de aprendizaje, y no como el momento de legitimación del/de la estudiante de parte de quien “supuestamente” detenta el saber. En este sentido, se recurrirá a diversas estrategias pedagógicas que incorporan instrumentos que amplían y fortalecen la instancia evaluativa como son las auto-evaluaciones y las co-evaluaciones (entre pares).

 

Desde estas premisas se espera formar sujetos reflexivos que puedan apropiarse de los saberes específicos de la práctica incorporándolos a sus producciones (individuales y colectivas) de manera crítica y a conciencia. Por lo tanto, al momento de evaluar, se atenderá al compromiso con el trabajo (tanto individual como el trabajo con otros/as),  a la capacidad para la resolución de problemas, a la actitud investigativa y a la toma de decisiones con argumentos sólidos y fundados que superen las fundamentaciones sustentadas únicamente en el gusto personal.